UNIDAD GRATIS - Aspectos generales del maquillaje

Aspectos generales del maquillaje.

El maquillaje es entendido como un arte, y también como una profesión creativa y sensible a partir del vínculo que el profesional establece con sus clientes, que permite la expresión personal y el desarrollo de la imaginación. Por eso, para llevar a cabo una nueva creación, es importante hallar y transmitir lo mejor de uno mismo.

La finalidad del maquillaje es destacar la belleza natural de las personas y la armonía de sus facciones. Para ello se emplean técnicas que se adaptan a cada personalidad y estilo. También, se busca disimular ópticamente las imperfecciones, y se logra así un maquillaje que brinde comodidad y seguridad a quien lo luzca.

Todo esto requiere manejar correctamente la simetría, el equilibrio y la proporción, reconocer la pureza como principio generador de la belleza y no dar lugar a los prejuicios.

Además de que realza la belleza hermosura natural de un rostro a través de expresiones de luz y de color, el maquillaje tiene un efecto psicológico positivo sobre la autoestima y la imagen personal.

La piel

La piel o membrana cutánea forma parte del sistema tegumentario, constituido por la piel y sus derivados: el pelo, las uñas y las glándulas subcutáneas. La piel es un órgano ya que está formada por diferentes tejidos, unidos para realizar actividades específicas. Es uno de los órganos más grandes del organismo, tanto en superficie como en peso.

La epidermis:

La epidermis está constituida por tejido epitelial, cuyas características están muy relacionadas con la función protectora de la piel. Es impermeable al agua, es decir que no permite su pérdida ni su entrada al organismo, aunque existen otros líquidos que sí pueden ser absorbidos. La epidermis también constituye una barrera inmunológica pues evita la entrada de virus, bacterias y otros organismos; además, sus células contienen una sustancia llamada melanina que pigmenta la piel y nos protege de los rayos ultravioletas emitidos por el sol.

En determinadas zonas, como la planta de los pies y la palma de las manos, la epidermis es más gruesa. Específicamente, en los dedos encontramos los surcos dactilares conocidos como huellas digitales, que la antropología y la medicina legal analizan para la identificación de las personas, pues las posibilidades de encontrar dos personas con las huellas digitales idénticas son muy escasas.

La dermis:

Está constituida por tejido conectivo, que contiene fibras de colágeno de tipo I y fibras elásticas. Las células de la dermis incluyen fibroblastos, macrófagos, mastocitos y adipocitos, y en ella se encuentran vasos sanguíneos, nervios, glándulas subcutáneas y folículos pilosos. Su grosor no se puede medir con exactitud porque no se diferencia claramente de la capa subcutánea (hipodermis), pero se puede señalar que es delgada en los párpados (0.6 mm o menos) y tiene unos 3 mm en las zonas de más fricción, que son las palmas de las manos y las plantas de los pies dónde está la piel gruesa. Suele ser más delgada en la parte anterior del cuerpo que en la posterior, y más delgada en las mujeres que en los hombres. 

La hipodermis:

Es el tejido subcutáneo que se localiza por debajo de la capa reticular de la dermis. No es parte de la piel, sino que aparece como una extensión profunda de la dermis. Es un tejido conectivo conformado principalmente por células adiposas. La densidad y disposición de la capa subcutánea determina la movilidad de la piel. La hipodermis permite el aislamiento térmico del cuerpo.

Morfología del rostro.

Para observar y analizar la forma del rostro, la frente es el módulo o medida base que permite obtener las proporciones del resto de la cara y situar sus demás elementos. 

En sentido horizontal, los tres módulos que dividen la cara en partes iguales son:

  • Zona superior: Desde el nacimiento del cabello hasta el comienzo del arco superciliar.
  • Zona media: Desde el nacimiento del arco superciliar hasta la base de la nariz.
  • Zona inferior: Desde la parte inferior de la nariz hasta el mentón.

En sentido vertical, se puede decir que el rostro está constituido por dos módulos o mitades perfectamente ajustadas una a otra, aunque no del todo exactas. Esa asimetría se observa trazando una línea que va desde la implantación del cabello, pasando por el centro de la frente, hasta el mentón.

Rostro ovalado: Es considerado el "rostro perfecto". Es parejo, y no se marcan en exceso los pómulos ni el mentón.

Se debe aplicar el rubor en forma diagonal, empezando justo debajo del hueso del pómulo para difuminar de forma ascendente hasta la sien. Esto hará que la cara parezca más estrecha.


Rostro cuadrado: En este tipo de rostro, las tres zonas horizontales tienen aproximadamente la misma longitud, y predomina ligeramente la zona inferior. Las formas tienden a ser rectas y angulosas, la frente ancha y los maxilares, angulosos. Produce un efecto de dureza de la expresión. 

Este rostro se puede alargar mediante curvas ascendentes y correcciones de sus ángulos. Se recomienda utilizar un rubor clásico bajo, justo debajo del hueso del pómulo y difuminarlo hacia la oreja, lo que suaviza la forma cuadrado.

Rostro triangular: Se caracteriza por el equilibrio entre su altura y sus longitudes. Su altura se determina como medida, y se observa que la zona superior es más larga que la zona mediana y que la inferior se afina. Es decir, la frente es ancha, las mejillas  son alargadas y mentón, alargado y estrecho. Es importante suavizar los ángulos.

Rostro rectangular: La forma alargada y sus tres zonas son aproximadamente de la misma longitud. Se caracteriza por la frente larga y estrecha, las mejillas alargadas, los maxilares anchos y el mentón amplio. Se debe corregir su longitud.

Rostro piriforme (forma de pera): Tiene una altura media, y el ancho de la zona inferior es más mayor que el en las zonas superiores. Con el maquillaje se busca alargar la zona inferior y ensanchar la zona superior y media.

Rostro oblongo (alargado): Este tipo de rostro es el más común, y tiene una forma muy angulosa. Al maquillar, conviene acortar su zona inferior y darles redondez a sus ángulos para suavizarlos. Se aplica un ligero rubor en la manzana de la mejilla y alargarlo ligeramente hacia la oreja.

Rostro redondo: Sus tres zonas son iguales, aproximadamente, con predominio de la zona media, y su forma es más bien circular. Hay que buscar darle  mayor longitud al rostro, respetando su aspecto divertido y fresco.

Tono de la piel.

Las correcciones del color de la piel se realizan con fondos de maquillaje de distintas tonalidades claras, oscuras y rubor.

Es importante recordar que las imperfecciones de color se corrigen por debajo del fondo, mientras que las imperfecciones de sombra se corrigen por encima del fondo.

Los correctores fluidos llamados prebases ayudan a intervenir, en un primer nivel, sobre características y defectos de la tez. Siempre se debe tener en cuenta el uso de cada uno.

  • Base natural: de color vainilla, es neutra y simplemente unifica el fondo y evita la absorción de la base.
  • Base malva/ rosa/ albaricoque: para pieles amarillentas, cetrinas o verdosas. 
  • Base azul: para pieles rosadas o muy blancas, para personas de origen nórdico.
  • Base verde: pieles rojizas, cuperosis o granitos.
  • Base blanca: para aclarar la tez, muy empleada en maquillajes de noche. 
  • Base naranja: se aplica en pieles oscuras o morenas.
  • Base amarilla: en pieles violáceas y para el uso en tanatomaquillaje (técnica de maquillaje de cadáveres).

Los ojos y las sombras.


Sombras para ojos azules y grises:

  • Los colores que mejor van: La gama completa de azules y grises, plateados, y los rosas y lilas.
  • También les quedan bien: Los marrones y, para contrastar, amarillos, naranjas y rojos pastel.
  • No les favorecen: Los verdes.

Sombras para ojos verdes:

  • Los colores que mejor van: La gama de verdes y marrones pardos (sobre todo si el verde del iris es oscuro).
  • También les quedan bien: Los rosas y lilas, y para contrastar los rojizos, anaranjados y morados. También, los tonos dorados.
  • No les favorecen: Los azules.

Sombras para ojos marrones:

  • Los colores que mejor van: Marrones, verdes pardos, morados.
  • También les quedan bien: En general, casi cualquier color queda bien con los ojos marrones, pero destacaremos los morados, rosas y dorados.
  • No les favorecen: Los verdes ni azules claros, como así tampoco los tonos pastel en general.

Sombras para ojos miel:

  • Los colores que mejor van: Tonos marrones, verdes pardos y dorados.
  • También les quedan bien: Los colores morados, los rosas, los naranjas suaves.
  • No les favorecen: Los verdes ni azules claros.

Sombras para ojos negros:

  • Los colores que mejor van: Marrones, grises y negros ahumados.
  • También les quedan bien: Dorados, morados, rosas y, en general, casi cualquier retoque de color sobre la banana.
  • No les favorecen: Los verdes o azules intensos.

Labiales según el tono de piel.

Piel clara:

En la piel clara quedan bien tanto los tonos pastel como los cálidos: naranjas, rosas, fucsias, carmín, marrones. Para la noche se recomiendan los tonos rojos y bordó.

Piel trigueña:

Este tipo de piel puede usar casi cualquier color de labial. Para resaltar los labios, los colores adecuado son los tierra, cobrizos, dorados-naranja, durazno y coral. Como la piel trigueña a veces tiende a ser amarillenta, para la noche se puede usar un rojo intenso que neutralice.

Piel morena:

Si la piel es morena u oscura, los colores naturales dan luz a los labios; también pueden aplicarse tonos ácidos como fucsia, terracota o cereza. Se deben evitar los tonos oscuros, rojos vino, marrones y pastel, que pueden opacar la piel.

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